sábado, 28 de marzo de 2015

12 uvas en abril.

Nunca he sido muy convencional. Llevo años pidiendo para navidad un invierno en la playa y en verano siempre busco cualquier excusa para poder ponerme unos pitillos negros, e incluso una sudadera para cuando cae la noche; curioso, ¿no? Y un helado en pleno invierno sabe mucho mejor, y por qué no 17 uvas en lugar de 12 o por qué no 12 uvas en abril.
Y no es que siempre quiera llevar la contraria, es que el mundo siempre me lleva la contraria a mi. Cuando yo giro a la izquierda él a la derecha, y siempre es así. Me olvido la chaqueta un día y es justamente el día que hará frio.
Estoy viendo una peli y cuando viene la mejor parte, me la cambian. Esto me pasa con las personas. ¿Cuánta gente a la que he conocido me he quedado a medias de conocer? Seguramente a Elena no le gustaba tanto el azul como parecía, y me juego el dedo meñique a que Lucía rompió su promesa de no enamorarse. Juan, al contrario, seguro que no estaba tan enamorado de Ana como decía, y a Maria del Mar claramente sí le afectó la separación de sus padres. Luz tenía un nombre precioso. Ella también lo era. A Melania le toqué el corazón, y ella me lo tocó a mi aunque nunca quisimos admitirlo. Hace 4 años que no hablo con Melania. Hace 2 que la vi por última vez. Azucena tenía celos de mi, seguro, porque adoraba a Melania. La chica que conocí en la playa, guapísima, puede que escondiese más secretos de lo que pensaba, y ojalá algún día recuerde su nombre. De la que no me quiero acordar es de Vanesa, una suerte no haberla conocido del todo, o una desgracia, quizá no era lo que parecía. A Rafael es al que más lejos me quedé de conocer, pero todo lo que conocí me gustó. Carla estaba loca de remate, seguro que lo sigue estando. A Borja le volvió loco la locura de Carla, pero sé que no le convenía. De Fran es del que menos puedo decir, pero era increíble. Paula compartió conmigo sus sueños, pero nunca supe cual de ellos quería cumplir. A Sara nunca supe qué regalarle por su cumpleaños pero Brayan siempre me aconsejó (y siempre se equivocaba) pero ojalá me siguiera aconsejando. Kevin era al único al que no le molestaba mi maldita manía de cambiar bruscamente de tema. A Yessenia le habría encantado leer esto. A Melania se lo habría hecho leer la primera, estoy segura. Con Joaquín nunca quise hablar, me pregunto cuántas cosas tendría para contarme. La chica que conocí en el parque me enseñó a querer a un desconocido. De esta no es que no recuerde el nombre; nunca lo supe, y no me hizo falta. La vecina que me miraba raro por la ventana seguro que quería ser mi amiga, quizá la tendría que haber invitado un día a casa. Cristina... no tenía palabras para ella entonces, y tampoco las tengo ahora. Jorge me enseñó a tirar una peonza. Ya he olvidado cómo hacerlo. A Teresa la quise muchísimo, y creo que todavía la quiero. José María me tiraba de las trenzas y Roberto se reía cuando lo hacía. Seguro que a los dos les gustaba mi pelo.

Lo que quiero decir es que estoy harta de conocer a gente a medias y de dejarla ir. Me explico. Quizá Melania era tan tímida porque pensaba que nadie estaba preparado para ver todo lo que podía enseñar. Pero solo quizá, porque nunca se lo pregunté o se fue antes de que lo descubriera. Todos se fueron demasiado antes. Y solo me quedé yo. Con un montón de personas a medio conocer y sus recuerdos a medio recordar.

1 comentario:

  1. Me encanta como escribes y hacia mucho que no te leía, yo también me quede a medio de conocerte pero espero q nos sigamos cruzando en el camino de la vida.👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏

    ResponderEliminar